San José Obrero
El 1 de mayo la Iglesia celebra la fiesta de San José Obrero, patrono de la clase trabajadora, fecha que coincide con el Día Mundial del Trabajo. Como celebración litúrgica fue instituida en 1955 por el Papa Pio XII, ante un grupo de obreros reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano. En aquella ocasión el Papa afirmaba que “el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual,… sea para todos los obreros del mundo, especial protector ante Dios, y escudo para la defensa en las penalidades y en los riesgos del trabajo”.
En este contexto, el 17 de noviembre de 1955 se erige canónicamente por el obispo de Bilbao D. Casimiro Morcillo la nueva parroquia a construir en el barrio de Romo bajo la advocación de San José Obrero. Provisionalmente, de 1955 a 1959, funcionó como Iglesia parroquial la capilla de las monjas Hijas de la Unión Apostólica Auxiliares de Jesucristo Sacerdote, que ayudaron durante muchos años en distintos servicios parroquiales, y a día de hoy continúan en su labor en la Catedral de Santiago y la parroquia de San Vicente Mártir de Abando en Bilbao. El convento de estas monjas fue adquirido por el Ayuntamiento de Getxo, que lo reformó en modo de un centro municipal de jubilados y jubiladas, con muchos buenos servicios, siendo inaugurado el 21 de noviembre de 1987.
La construcción de este templo parroquial se encuadra dentro del movimiento “Arte Sacro” promovido por el padre dominico Aguilar en la década de los 50 del siglo XX. Dicho movimiento artístico arquitectónico pretende así acoger otras corrientes artísticas contemporáneas anteriores en la arquitectura y arte cristiano, como el racionalismo alemán y el Art Noveau y expresionismo francés. Un rasgo clave será construir con los elementos modernos de hierro y cemento, de acero, aluminio y hormigón, que permiten vitrales o cristaleras grandes.
En este contexto histórico-artístico, el 19 de febrero de 1956, D. Casimiro Morcillo, entonces obispo saliente de Bilbao, colocaba la primera piedra de un templo, que el 15 de marzo fue ya bendecida por su sucesor episcopal, D. Pablo Gúrpide. El templo fue inaugurado el 19 de marzo de 1959, festividad de San José esposo de la Iglesia.
La iglesia parroquial, diseñada por los arquitectos Emiliano Amann y Celestino Martínez, con una torre de 32 metros, recoge el estilo arquitectónico moderno al inspirarse para su edificación en la silueta del edificio de la Bolsa de Amsterdam, premiada arquitectónicamente a nivel europeo. Recientemente se ha restaurado en su fachada el mosaico de teselas de colores, obra de Javier Clavo, que presenta a los apóstoles y evangelistas de nuestra fe.
Contiene una escultura de San José en su presbiterio, así como una Huída a Egipto, obras de José Luis Sánchez. Y un Cristo crucificado en madera de nogal negro, obra del artista del barrio de Romo Juan Guraia. Otros muchos feligreses de Romo trabajaron con sus manos en sus horas libres en la construcción de la parroquia.
En sus primeros años de andadura, en las décadas de los 60 y los 70 del pasado siglo, se impulsaron diversas iniciativas pastorales importantes: el foro parroquial-escuela social, el coro de la parroquia, los grupos bíblicos, el catecumenado de adultos, la escuela de padres. Se construyó también un centro parroquial adyacente al templo y la casa cural, y se adquirió una casa con unos terrenos en la localidad de Zikujano (Álava), donde se desarrollaron acampadas juveniles y actividades de las familias en torno a la asociación Amalur, así como de otros grupos parroquiales juveniles y de adultos.